Melasma, un tipo de hiperpigmentación de la piel

El melasma es otra de las afecciones comunes de la piel que se manifiesta con la aparición de manchas normalmente marrones, aunque también grisáceas. El rostro es la zona más afectada debido a la exposición al sol con signos de esta hiperpigmentación en pómulos, nariz, labios y frente.

Cualquier persona puede tener melasma, pero afecta más a mujeres y sobre todo cuando están embarazadas o al consumir anticonceptivos orales.

Causas

A pesar de que una existe una causa conocida, hay ciertos factores que influyen en la pigmentación de la piel:

  • Una excesiva exposición solar.
  • Los cambios hormonales. En el caso de las manchas que salen con el embarazo se conoce como cloasma gravídico o máscara gestacional.
  • La predisposición genética.
  • Los trastornos de tiroides.
  • Una reacción alérgica a medicamentos o cosméticos.
  • Una enfermedad endocrina.
  • El estrés no está demostrado que tenga que ver con el desarrollo de melasma, pero sí se dice que puede empeorar su aspecto.

Diagnóstico

El dermatólogo será el encargado de reconocer el melasma que se detecta fácilmente por las formas y el color de las manchas. Si la vista no fuese suficiente, el médico puede recurrir a la ayuda de una lámpara de Wood. Por otro lado, los síntomas no suelen ser más que los estéticos, pero hay personas a las que les da picazón.

Tratamiento

Más que una enfermedad cutánea, el melasma es una alteración estética que puede suponer una pérdida de autoestima para quien la padece. En ciertas ocasiones este problema desaparece por si solo, pero muchas veces es necesario aplicar tratamientos adecuados que eliminen las manchas.

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