Cuidados para la piel sensible

Se define piel sensible como aquella que es reactiva y tiene baja tolerancia a las agresiones externas. Este tipo de cutis normalmente presenta un aspecto terso y luminoso en la juventud sin impurezas o granitos, pero a medida que pasan los años aumentan los síntomas de su hipersensibilidad.

Características

  • Tiene una barrera cutánea deficiente y permeable.
  • Permite que los agentes irritantes penetren con facilidad.
  • Mayor deshidratación.
  • Sequedad.
  • Inestabilidad.
  • Enrojecimiento.

Es importante señalar que una piel sensible no siempre es alérgica, aunque sí que es cierto que tiene mayor predisposición a la presencia de eccemas que otras pieles. La exposición al sol, frío, sequedad ambiental o la aplicación de cosméticos y perfumes son algunas de las situaciones que no favorecen a las pieles sensibles.

Por otro lado, las pieles grasas pueden ser a la vez sensibles con afecciones como la dermatitis seborreica o el acné. Asimismo, una piel sensible puede ir acompañada de alguna patología dermatológica como la rosácea.

Consejos

  • Prestar atención a la alimentación incluyendo alimentos ricos en vitamina C (kiwis, naranjas) y reducir el consumo de picantes o especias y las bebidas alcohólicas.
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura y los lugares demasiado calientes y húmedos.
  • Limpiar la piel con jabones muy suaves sin detergentes.
  • Hidratar abundantemente con productos específicos para pieles sensibles.
  • Protegerse bien del sol.

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Fuente: Instituto Médico Láser