Más tipos de piel que la normal, seca y grasa
Normal, seca y grasa son los tipos de piel principales que conocemos, pero debes saber que no solo hay esta clasificación. Existen otros subtipos o categorías especiales más concretos que nos permite tipificar mejor la dermis de cada persona.
Uno de los médicos expertos de la Sociedad Española de Medicina Estética, el Dr. Sánchez Acosta, habla de nueve pieles diferentes:
Piel normal
Su brillo es moderado, de color mate. Se caracteriza por un aspecto fresco y luminoso, poros imperceptibles y tacto suave. Es flexible, fina y elástica. No existe una descamación perceptible y pigmenta bien.
Piel seca constitucional
No tiene brillo, presenta engrosamiento y su tacto es áspero. Pigmenta bien, aunque previo enrojecimiento y se quema con facilidad con la exposición solar. Debido al envejecimiento se deteriora más.
Piel seca adquirida
En este caso es piel sin color, mate y con poros imperceptibles. Destacan las arrugas perioculares y peribucales. Aparecen con facilidad rojeces y descamación antes los agentes externos.
Piel grasa seborreica
Presenta un aspecto de brillo grasa con los poros dilatados en zona seborreica. No es habitual que presente rojeces ni descamación y el tacto suele ser suave y untuoso.
Piel grasa deshidratada
A simple vista los poros son perceptibles en una piel que brilla, pero que no tiene color. La zona seborreica tiene a la descamación y enrojecimiento. Dos rasgos más: pigmenta bien y sufre congestión con los cambios de temperatura.
Piel grasa asfíctica
El brillo está en las zonas seborreicas, mientras que las zonas laterales lucen marchitas y con tono mate. En general el aspecto es pálido con piel algo engrosada. Son frecuentes los quistes y los comedones de grasa. Pigmenta mal con una coloración irregular y aparición de manchas. También es vulnerable a la fácil irritación facial y la deshidratación.
Piel mixta
Es el tipo más común caracterizado por una zona medio facial grasa y laterales secos.
Piel envejecida
Con poros imperceptibles y de aspecto mate. Se distingue por su falta de firmeza al estiramiento y la presencia de pliegues o arrugas superficiales.
Piel sensible
Es aquella que sufre sensación de quemazón, picor, escozor, sequedad y descamación ante determinados estímulos externos como los ambientales, cosméticos, etc.
Si no tienes claro cuál es tu tipo de piel lo mejor es que recurras a especialistas para posteriormente elegir los productos más adecuados a tus necesidades.
Fuente: SEME