Razones por las que las asiáticas pueden presumir de piel
Piel blanca, impecable y sin arrugas. Esa es la descripción de un cutis de porcelana que suelen lucir las gueishas. Por algo se decir que las asiáticas, más concretamente las japonesas, tienen la mejor piel del mundo. Está claro que la genética es el principal factor que disimula su edad, pero sus rutinas diarias también les favorece.
¿Por qué?
Para conservar una tez envidiable las mujeres de Japón optan por renunciar al moreno. Lo consiguen no solo utilizando cremas solares totales, sino usando barreras físicas como viseras y paraguas. En su cultura de la belleza la estética se relaciona con la blancura y palidez.
Según dermatólogos expertos el 80% del envejecimiento y manchas de la piel se debe a la exposición a la radiación ultravioleta, especialmente la A y los infrarrojos.
Al ser poco efusivas y no mostrar sus sentimientos las japonesas evitan la aparición de las líneas de expresión por esa falta de gesticulación.
También el clima es favorable para la piel. Si se vive en una isla se mantiene la humedad de la cara. En general, tienen una piel mixta o grasa lo que supone menos riesgo de patas de gallo prematuras.
Desde jóvenes los japoneses dedican bastante tiempo al cuidado facial. Tal y como se refleja en una encuesta, dedican hasta 30 minutos por la noche.
Finalmente, la dieta es otro factor clave. Su piel está protegida y con buen aspecto gracias al arroz, la soja, las algas, los pescados y el té verde. Alimentos que se asocian con la longevidad y la prevención de arrugas.
Secretos
Si quieres conseguir un rostro perfecto será fundamental:
- Una protección exhaustiva contra el sol.
- Una rutina diaria de limpieza y tratamiento.
- Una alimentación rica en antioxidantes.
Fuente: El Mundo